domingo, junio 10, 2007

Lychees

Antes de venir a la India, para mi el lychee era una fruta que se daba en latas. Si quería lychees, iba al supermercado y compraba una lata de lychees. Si uno quería cultivar lychees, se compraba una de estas latas, se comía los lychees y sembraba la lata, para que al cabo de unos cuantos meses hubiera un árbol lleno de latas de lychees en todas sus ramas. Además era una fruta blanca, sin cáscara ni pepas, que, dicho sea de paso, no era de mi completo agrado. En el Haagen Dasz donde trabajaba en Londres tenían un sabor de helado llamado Lychee and Ginger, que tampoco me gustaba.

Pues resulta que aquí conocí los lychees frescos. Son deliciosos, no tienen ese sabor característico de las cosas que vienen en lata (por ejemplo, han notado la diferencia entre piña fresca y piña enlatada?). Son además superprácticos para comer, uno rompe ligeramente la cáscara en la parte de arriba, los espicha en la base y salen fácilmente. También son adictivos, uno se compra un ramito como el que pueden ver en la foto y no para hasta que no se los come todos. Otra de las delicias de la comida india...


4 comentarios:

Iki dijo...

Yo amo los lichies(o como sea que escriban)...

Anónimo dijo...

¡Vea qué color tan raro! Yo habría probado otros (se llamaban "Lascia") que se veían rojísimos por fuera y llenos de puyas.

KeithTalent dijo...

Lascia? Uy esos si no los conozco. Los lychees en su mejor punto son más rojos que los de la foto, pero estos también estaban buenos.

Anónimo dijo...

Yo creería que son los mismos: suenan parecido, son blancos y se parecen remotamente al mamoncillo (es más, a estos cositos les dicen "mamón chino" en centroamérica, y allá le dicen mamón a los mamoncillos).